Ángel es cariñoso y amoroso. Lo que más le gusta es cuando sus padres y hermanos le montan, le hablan y le cantan. Aporta felicidad a su familia y les ha enseñado a valorar y comprender a otras familias que tienen hijos con una discapacidad.
La epilepsia ha sido difícil para Ángel. Su madre dice que es especialmente difícil cuando se pone enfermo o le duele algo, pero dice que cada día con él es una bendición, y que le encanta hablarle. “Al principio hubo cambios que nuestra familia tuvo que hacer, pero ahora su fuerza nos inspira a seguir adelante sin importar lo que se nos presente. Estamos muy contentos de que Ángel forme parte de nuestra hermosa familia”.