Mejorar los comportamientos

chica sonriendo fuera

Se suele decir que “el comportamiento es comunicación”. Cuando un niño muestra un comportamiento negativo, es importante detenerse y considerar QUÉ está intentando comunicar. ¿Intentan evitar una petición o tarea? ¿Están irritables porque están cansados o tienen hambre? ¿Se comportan así porque quieren llamar la atención (e incluso la atención negativa sigue siendo atención)? Todos los niños muestran comportamientos negativos de vez en cuando. Es la respuesta a estos comportamientos lo que afecta a la probabilidad de que se repitan.

Hay varias cosas que los padres pueden hacer para aumentar los comportamientos positivos:

  • – Elogie de forma frecuente y descriptiva. Todos queremos oír que hemos hecho un buen trabajo: ¡es la naturaleza humana! Elogiar a nuestro hijo cuando hace algo correctamente o se esfuerza al máximo le hace saber que vemos su esfuerzo y le apreciamos. No sólo es importante elogiar a nuestros hijos, sino que el elogio debe ser específico. Describa lo que su hijo hizo bien: “¡Hiciste un trabajo excelente turnándote durante el Monopoly!”. “¡Buen trabajo en tu examen de matemáticas! Mostraste todo tu trabajo e hiciste lo mejor que pudiste”.
  • – Busque oportunidades para prestar atención positiva a lo largo del día. Dedicar un tiempo breve y frecuente a prestar atención a su hijo aporta muchos beneficios. Fortalece el vínculo entre usted y su hijo, y éste sabrá que no necesita portarse mal para llamar su atención. Por ejemplo, cuando su hijo le trae un dibujo en el que está trabajando, detenerse uno o dos minutos para mirarlo y comentar su trabajo le proporciona una atención positiva.
  • – Recompense los comportamientos deseables. Cuando su hijo muestre comportamientos positivos (o incluso se abstenga de comportamientos negativos), recompénselo de una forma que sea significativa para él. A algunos niños les encantan los abrazos y los elogios, mientras que a otros les disgusta que les toquen y prefieren un guiño o una sonrisa. Las recompensas no tienen por qué costar nada. Algunos ejemplos de recompensas sin coste pueden ser leer un libro más a la hora de acostarse, ayudar a preparar la cena o acurrucarse con mamá o papá mientras ven un programa de su elección. Si la recompensa es algo que su hijo valora, le resultará reforzante y motivadora.

También existen estrategias para disminuir los comportamientos negativos:

  • – Ignora el comportamiento negativo. Esto puede ser duro. Cuando un niño lloriquea o se queja, los padres sólo quieren que deje de hacerlo. Sepa que los individuos -niños Y adultos- repiten comportamientos que les funcionan o que les dan lo que quieren. Si lloriqueando por caramelos en el supermercado consigo que mi madre compre caramelos, ¿qué voy a hacer la próxima vez que vaya al supermercado con mi madre? Voy a lloriquear por caramelos porque este comportamiento ha funcionado en el pasado. Si al final el padre permite que el niño se salga con la suya, desgraciadamente le enseña que lloriquear funciona, aunque tenga que aumentar el volumen o la duración del lloriqueo para conseguir lo que quiere.
  • – Enseñe a su hijo lo que DEBE HACER, no sólo lo que NO debe hacer. A menudo, como padres, decimos a nuestros hijos lo que no deben hacer, pero no les decimos lo que sería apropiado hacer. En lugar de “¡Prohibido tirar la pelota en casa!”, dile a tu hijo lo que sería apropiado “No jugamos con la pelota en casa. Puedes tirar la pelota fuera, no dentro”. O si tu hijo corre por las escaleras, en lugar de “Deja de correr por las escaleras” dile “No corras por las escaleras, tienes que andar”.
  • – Tómate un breve descanso. A veces los niños se portan mal para librarse de una actividad. Puede ser útil dar a tu hijo unos minutos para que se calme de su rabieta y, una vez calmado, hacer que vuelva a la actividad en la que estaba cuando empezó el mal comportamiento. Por ejemplo, si un padre le dice a su hijo que vuelva a poner sus juguetes en el juguetero y el niño empieza a lloriquear y a tener una rabieta, tómese un descanso y dele unos minutos para que se calme. Una vez que el niño se haya calmado, dile: “Ahora es el momento de terminar de guardar tus juguetes en el juguetero”. Al devolver al niño a la actividad, éste aprende que no puede utilizar el mal comportamiento o la distracción para librarse de una tarea desagradable.