Zoey es un bebé milagroso, según su familia. Nació prematuramente, pero venció las probabilidades, y cada día inspira a la gente. Desde que salió de la UCIN, está haciendo progresos ilimitados, actualmente gatea, se pone de pie y está cerca de caminar. Es una luchadora que no deja que las circunstancias la hundan.
Desde que nació Zoey, su familia no ha hecho más que acercarse y agradecer las cosas que antes daban por sentadas.
Zoey sigue siendo positiva y alegre a pesar de todos los obstáculos a los que se enfrenta. El diagnóstico de tortícolis ha convertido la alimentación en un reto. La terapia ha sido difícil a veces, pero su espíritu es fuerte y alegre. De hecho, Zoey tiene
una sonrisa en su dulce rostro a través de casi todo, sin importar lo difícil que sea.
“Mi hija es un bebé tan alegre”, dice su madre, Tyesha. “Ella es nuestro pequeño sol en un día nublado”.