Como la mayoría de los chicos de su edad, a Jackson Kerwin le encanta todo lo relacionado con los Legos, los videojuegos y el karate. Jackson tiene una empatía y una compasión únicas por los demás.
Su madre, Stephanie, recuerda una ocasión reciente en la que Jackson se desvivió por ayudar a un compañero de clase con conocimientos limitados del idioma a sentirse incluido, interactuando con él y mostrándole amabilidad. “Jackson hace sonreír a todos los que le rodean”, dice Stephanie. “También le encanta hacer que los demás se sientan queridos y atendidos”.
Cuando Stephanie se enteró del diagnóstico de autismo y TDAH de Jackson, tuvo que enfrentarse a los problemas del sistema sanitario y escolar. Estos retos le proporcionaron una nueva perspectiva de la vida. Jackson fue capaz de enseñar a su familia la importancia de la flexibilidad y la adaptabilidad.
Su familia lo describe como divertido, ingenioso, dulce y curioso. Jackson les inspira a diario con su bondad, su perdón y su capacidad para pensar cinco pasos por delante.
“Quiero que el mundo sepa que Jackson está perfecta y maravillosamente hecho”, dice Stephanie. “Su mente es única y sorprendente”.