Determinada, extrovertida y compasiva: éstas son sólo algunas de las palabras que describen a Milla. Trabaja duro para arrancar una sonrisa a cualquiera. Milla disfruta coloreando, jugando al kickball, bailando y cantando.

Milla nació con un diagnóstico de síndrome de Down. Antes no hablaba, pero ahora habla. Ha aprendido a prepararse el desayuno y la comida y ayuda a su madre con la cena. Ayuda a sus amigos con las matemáticas y enseña a su familia a manejar los nuevos dispositivos.

Su madre, Amelia, dice: “Milla es como cualquier niña de 11 años. Le encantan las cosas que les gustan a todos los niños. Un cromosoma de más no cambia su forma de amar y disfrutar de la vida”. La familia de Milla cree que es capaz de hacer lo que quiera y ser quien quiera ser.