Joshua es capaz de arrancar una sonrisa a cualquiera con su ingenioso sentido del humor y su gran capacidad para retener información. Su buen corazón le ha ayudado a hacer muchos amigos en la escuela, donde ha mantenido un cuadro de honor A/B durante todo el año. Le encanta hacer arte digital, saltar en el trampolín, nadar en la piscina y abrazar a la gente.
Desde el comienzo del viaje de Joshua con el autismo, ha progresado a pasos agigantados. En un momento dado, no podía hablar, pero su madre dice que algunos días habla sin parar y tiene la voz más bonita.
Joshua inspira a su familia a ser más indulgente y a aceptar a los demás y a no preocuparse por lo que piensen los demás. “Es capaz como el resto de nosotros”, dice su madre. “Joshua es la persona más amable, dulce y sin malicia. Necesito que el mundo se frene y vea a Joshua y a los demás”.