Jonathan, Dylan y Glendy son hermanos que comparten un estrecho vínculo. Son niños felices con personalidades diferentes, y cada uno tiene retos que están intentando superar. Jonathan padece una enfermedad genética y está diagnosticado de autismo. Dylan y Glendy también han recibido un diagnóstico de autismo.

Un niño cuya personalidad hace que la gente a su alrededor se sienta cómoda, Jonathan es tranquilo y dulce, con una inocencia que le ayuda a ver lo mejor de cada uno. Lo que más le gusta es su tableta. Es como una manta, algo que le hace sentirse seguro. Trabaja diligentemente en las habilidades de comunicación y deambulación.

Dylan es muy inteligente y una gran ayuda para su madre. Lucha contra su imperatividad, pero también es muy sincero, honesto y hace reír a su familia. Nunca hay un momento aburrido con Dylan. Fanático de los coches, Dylan conoce todas las marcas de automóviles. Colecciona sus logotipos y le encanta dibujarlos.

Como la más joven, Glendy vino a completar la familia. Es fuerte, segura de sí misma y decidida sobre lo que le gusta y quiere. Se ha esforzado mucho por crear una estrecha relación con sus hermanos, y ahora tienen un vínculo inimaginable. También trabaja duro en sus terapias y progresa cada día.

A la madre Yolanda le gustaría que la gente supiera que sus hijos y otros niños con discapacidad merecen respeto como cualquier otra persona. “Mucha gente piensa que tener tres hijos con discapacidad hace que nuestra familia sea diferente. Somos como cualquier otra familia: nos reímos, nos queremos y nos apoyamos”.