A sus catorce años, Kayln encarna la determinación y el espíritu. Es animadora en su colegio, una bailarina consumada en su academia de danza y una activista emergente dentro de la comunidad del síndrome de Down.
Su introducción en el mundo de la defensa de las necesidades especiales comenzó cuando su familia se puso en contacto por primera vez con Family Connection, buscando apoyo no sólo para ella, sino más tarde también para su hermano pequeño. Su viaje ha sido uno de experiencias compartidas y de aprendizaje de otras familias.
La participación de Kayln en el evento LOOK! no es sólo un momento de orgullo personal sino una misión. Quiere brillar como modelo para otras chicas jóvenes que se ven reflejadas en ella, chicas que anhelan ver su belleza y su potencial reflejados en un escenario público.
Al intentar entrar en el equipo de animadoras, las probabilidades estaban en su contra. Kayln no sólo participó, sino que destacó, ganándose a los jueces con su espíritu y camaradería, y animando tan fuerte a sus compañeras como a sí misma.
Kayln irradia alegría. Sus padres recuerdan el electrizante momento en que interpretó una porra en solitario durante la noche del último curso de secundaria y bailó sin miedo ante un numeroso público. Estos hitos no son sólo logros de los que se siente orgullosa, sino afirmaciones de su inquebrantable confianza.
Kayln enseña a su familia y a todos los que la rodean sobre la paciencia, la amabilidad y el inmenso poder de la positividad. Su mensaje al mundo es sencillo pero profundo: “¡Yo puedo!”. A través de sus acciones, reta a todo el mundo a replantearse las limitaciones y a abrazar todas las posibilidades con el mismo entusiasmo y convicción que ella muestra cada día.