Camari tiene tres años y empieza cada día con una sonrisa. La mañana es su momento favorito del día, no sólo porque le encanta despertarse, sino también porque existe la posibilidad de desayunar bacon.
Camari es alegre, enérgica y disfruta haciendo nuevos amigos. Saluda a todos los que conoce con un abrazo o chocando los cinco. Una de sus cosas favoritas es mirarse al espejo. Ya sea hablando, riendo o bailando, ¡le encanta verse en movimiento! Su madre y su padre saborean esos momentos al ver cómo se le iluminan los ojos cuando se ve a sí mismo. Camari no sólo es cariñoso, sino también fuerte y entusiasta con todo, ya sea aprender a hablar o jugar al baloncesto con su padre. Sus padres saben que a Camari le encanta ser el jefe. Dicen que siempre les hace sentirse orgullosos demostrándoles lo mucho que le gusta aprender; uno de sus recuerdos favoritos de Camari es cuando aprendió a andar él solo.
Aunque Camari tiene un diagnóstico de síndrome de Down y anemia falciforme, sabe que no es diferente de los demás. Sus padres están orgullosos de él cada día mientras se enfrenta al mundo. Pone todo su corazón en todo.
Camari nos muestra a todos cuánta alegría podemos contagiar a los demás estando orgullosos y celebrando nuestros logros.