Kalyn es descarada, dulce y amable. Está llena de vida en este momento. Cuando conozcas a Kayln, es probable que estés escuchando música, cantando o bailando.
Desde el principio, los padres de Kayln se dieron cuenta de que le costaría hacer cosas como atarse los zapatos. No se esperaba que supiera leer o escribir. A los ocho años, ya competía en gimnasia en las Olimpiadas Especiales y leía y escribía. Si le dices a Kayln que no puede hacer o ser algo, te demostrará que estás equivocado.
“Kayln me inspira a ser una mejor madre. Quiero hacer que su vida sea mejor y su futuro más brillante”, dice su madre, Tiye. “Ha enseñado a nuestra familia a tener paciencia, porque ella demuestra mucha paciencia en su viaje con el síndrome de Down. También nos ha enseñado a reír más y a vivir la vida tal y como viene”.
Mamá dice: “Ella es Kayln FIRST. Es increíble”.