A Emily le encanta reír. También le gustan los rompecabezas, los juegos de parejas y que alguien le lea. Le entusiasma ir a cualquier sitio a dar un paseo, sobre todo si se trata de ir a tomar un batido o una coca-cola.
A Emily se le diagnosticó un retraso en el desarrollo, pero sus padres nunca recibieron un diagnóstico más específico, aparte de que le faltaban dos cromosomas. Lleva toda la vida sufriendo convulsiones.
Emily aprende continuamente nuevas habilidades de vida independiente y le encanta estar con sus amigos y su familia. Su familia describe a Emily como “cariñosa incondicionalmente, acepta a los demás por lo que son”.
Becky, la madre de Emily, espera que haya más gente que acepte a quienes son diferentes a ellos. “Emily es una persona. Tiene sentimientos. Quiere que se la incluya en las cosas como a las demás personas”.