La energía positiva de Javi es contagiosa, ¡y da los mejores abrazos! A veces simplemente se acerca a una persona y le da un abrazo, y ésta a menudo responde con los brazos abiertos y le devuelve el abrazo. Es dulce, adorable y un poco bromista. “Cuando arma rompecabezas, intentará poner intencionadamente la vaca donde debe estar el cerdo, y cuando intentas ayudarle a corregirlo, seguirá probando en el lugar equivocado y se reirá y reirá”, dice su madre, Shelli.
A Javi le encanta dibujar, y su juguete nuevo favorito es su Magnadoodle. Este año empezó el preescolar a jornada completa y ha hecho unos progresos increíbles. Está contando, identificando formas y animales, ¡y diciendo muchísimas palabras! Su hermana mayor, Chloe, es la que mejor le entiende y sus interacciones son siempre dulces y entrañables.
Javi nació con un diagnóstico de síndrome de Down. Shelli dice que, como consecuencia de su atresia esofágica, Javi tiene dificultades para alimentarse. Lleva casi un año comiendo la mayor parte de su comida, pero sigue dependiendo de su sonda de gastrostomía para los medicamentos.
A la familia de Javi le gustaría que el mundo supiera que es un niño brillante cuya línea temporal es un poco diferente a la de la mayoría, pero nunca quieren que se le subestime o se le descarte por su discapacidad. Un niño que rara vez deja que nada le desanime, ¡Javi siempre parece encontrar la manera de realizar felizmente una tarea!