“Parker tiene un magnetismo que atrae a la gente”, dice su madre, Elizabeth. Le encanta estar en grandes espacios abiertos para dar vueltas y caminar en círculos mientras escucha su música favorita. Lleva la música en el alma y canta constantemente, a menudo sabiendo más letra de las canciones que su padre.
Está hipnotizada por los peces del acuario, le encantan los paseos en barco con sus abuelos y empezó a tomar clases de natación el verano pasado. También le encanta acurrucarse con un buen libro… ¡o veinte!
Los padres de Parker han descubierto que decirle “esto es difícil, pero puedo hacerlo” la ayuda a superar los retos. Su programa favorito, Daniel Tiger, le ha ayudado a aprender a expresar sus sentimientos, y a menudo se canta a sí misma “está bien sentirse triste a veces”, una canción del programa.
Su madre quiere que el mundo sepa que el diagnóstico de síndrome de Down de Parker no la hace menos y le inspira ver que Parker no intenta ocultarse del mundo. Parker sabe que tiene voz y no teme utilizarla.
“¡Parker es muy dulce y tiene un picante innegable!”, afirma su madre. Parker muestra a los que quiere mucho afecto, especialmente cuando alguien parece triste o herido. Sus padres sienten que ella les ha convertido en versiones de sí mismos que quizá no hubieran conocido de otro modo y se sienten afortunados de haber cambiado para siempre.