Cuando uno conoce a Forbes, queda inmediatamente impresionado por su energía, sus abrazos y su imparable alegría. Hace sonreír a los extraños y recuerda a todos los que le rodean cómo son la resiliencia y el amor en tiempo real.

Forbes se unió a su familia tras una temporada de pérdidas, cuando su hijo biológico falleció antes de nacer en 2016. Cuando recibieron la llamada sobre Forbes más tarde ese mismo año, supieron que no era una coincidencia. Estaba predestinado.

Forbes fue adoptado por su familia definitiva con sólo siete meses y, aunque sus primeros días estuvieron llenos de interrogantes, no tardaron en diagnosticarle una forma rara de enanismo llamada síndrome de Russell-Silver. Desde entonces, se ha enfrentado a docenas de estancias en el hospital, innumerables procedimientos, problemas de memoria debidos a la anestesia y los retos diarios que conlleva vivir en un mundo no construido para alguien de su tamaño. Pero a pesar de todo, Forbes sigue adelante con un espíritu burbujeante y un corazón siempre abierto.

Es un intérprete nato. El año pasado, maravilló a la multitud cantando el himno nacional en un partido de béisbol de la Miracle League. También es un orgulloso competidor en el programa HUGS de USA Gymnastics, donde ha ganado innumerables medallas y actualmente ocupa el primer puesto en su división estatal para su edad.

Lo que más inspira a su familia es su corazón indulgente. Incluso después de tantos momentos médicos que requirieron una valentía muy superior a la de su edad, Forbes nunca pierde la confianza ni la amabilidad. “Tiene un amor como ningún otro”, dice su madre. “Irradia de él pureza, perdón y alegría”.

¿Sus cosas favoritas? El parque de trampolines Big Air, Chuck E. Cheese, los gatos y todo lo que implique gimnasia. Le encanta hacer reír a la gente, “abuchear” narices y formar corazones con las manos. Es una persona muy sociable.

Forbes ha enseñado a su familia a ir más despacio y saborear el momento. Cada día con él es un recordatorio de que los mayores regalos de la vida no se miden en hitos, sino en sonrisas, canciones y la simple alegría de estar juntos.

De cara al futuro, su familia espera un mundo que reciba a Forbes con la misma amabilidad que él da tan gratuitamente, un mundo que le vea por lo que es: más que su tamaño, y lleno de vida y amor.